COBRE

Hay que distinguir la pátina de la incrustación.

Las incrustaciones son depósitos de materia extraña (suciedad, arena, restos de materia orgánica… etc.) cementada en las superficies y que no se quitan con un simple lavado. Patinación e incrustación están muy relacionados porque el proceso cementación que sostiene las incrustaciones en la superficie de la moneda es a menudo (pero no siempre) parte del proceso del patinación.

La corrosión es un proceso espontáneo, que tiene lugar debido a la tendencia que tienen todos los metales a regresar a su estado original, es decir a la forma de minerales, del cual han sido extraídos mediante procesos tecnológicos de aporte de energía desarrollados por el hombre (por medio de calor, se refinan y se purifican en metales puros, y se alean con otros)

El bronce es una aleación de cobre y estaño y a menudo contiene otros componentes como plomo o zinc.

El bronce se degradará lentamente, combinándose la aleación de cobre nuevamente con elementos de su ambiente (suelo, aire…) para volver a sus estados naturales más estables, y el resultado con el tiempo será una capa de sales de cobre sobre la superficie del metal, la pátina. El estaño es relativamente inerte y es estable en aleación con el cobre, no se separará como puede ocurrir con la plata y el cobre.

En función de las sales de cobre que se formen, esta pátina puede ser estable (la aconsejable) y la inestable y destructiva (la enfermedad o cáncer del bronce).

Pátinas estables:

Aunque las impurezas del aire, la tierra, y el mar puedan causar la corrosión, este tipo de pátinas por lo general protegen la moneda contra ella.

Una buena pátina no debe ser quitada. Si se quita, la superficie brillante recién expuesta se oxidará otra vez, causando una pérdida leve del metal de la moneda

Óxidos de cobre: El óxido cuproso (cuprita) es el que tiende a formarse primero y tiene generalmente colores rojizos. Este rápidamente se convierte en óxido cúprico (tenorita) que es marrón oscuro o negro. Prácticamente todas las monedas antiguas de bronce tienen sobre la superficie metálica al menos una fina capa de óxido de cobre marrón.

El sulfato de cobre (antlerita) o sulfuros de cobre (novelita y calcocita) dan un color verde a azul verdoso.

El carbonato de cobre, la mayoría de las veces pátina verde (malaquita) y ocasionalmente azul (azurita y calconatronita). El carbonato de cobre es una reacción al óxido de cobre, no del cobre, sólo se formará sobre los óxidos de cobre marrones o rojos. Como el óxido de cobre es más estable que el carbonato de cobre, a veces se puede quitar sólo el verde dejando la pátina original de color rojo o marrón.

El acetato de cobre (cardenillo), de color verde.

Pátinas inestables, destructivas:

Enfermedad o cáncer del bronce: es la presencia de sales de cloro, atacamita y paratacamita, sobre la superficie de monedas formadas por aleaciones de cobre, es muy destructiva.

El cloruro cuproso y el cloruro cúprico, combinados con el oxígeno y el agua del aire producen ácido clorhídrico ocasionando unas manchas de color verde pálido a azul verdoso, suaves y polvorientas sobre la superficie de la moneda, corroyéndola y produciendo más cloruros de cobre, iniciando de nuevo la reacción para producir mas ácido clorhídrico, y así sucesivamente hasta hacer desaparecer la moneda.

En climas secos este problema es más raro, porque la reacción requiere una humedad relativa del aire del 39 % o más para hacerse activa.

“Verrugas” rojizas. Son pegotes escamosos por lo general 3-7 mm de alto que se forman sobre el metal. Pueden ser quitados, pero son sumamente destructivos, dejando grandes agujeros y destruyendo la mayor parte de detalles. El bronce que muestra este tipo de degradación es con frecuencia inestable hasta en las áreas no directamente afectadas por las incrustaciones verrugosas. No responde bien a la limpieza.

Ausencia de Pátina en condiciones naturales, Pátina Tiber:

La pátina Tiber es llamada así por la característica superficie de las monedas encontradas en el fondo del río Tiber.

Es una carencia de pátina, metal de color amarillento, ocre, de superficie granulosa que aparece en monedas que durante siglos han estado en condiciones libres de oxígeno y en un ambiente ligeramente ácido. Normalmente por haber estado enterradas en el lodo, limo, de los ríos, pero también se puede producir en algunas determinadas condiciones del suelo.

Las condiciones que crean este tipo de pátina destruyen normalmente el bronce, por lo que se ve generalmente en monedas de latón u oricalco (4/5 partes cobre y 1/5 parte de zinc) como sestercios y dupondios, que se suelen conservar bien sin pátina.